miércoles, 2 de agosto de 2017

22.- Relatos, Fábulas y Leyendas


22.- UNA SELECCIÓN DE MIS VIEJOS POEMAS

1º  Nostalgias de amor




Navegando con suave viento de popa se hizo la noche, y de igual modo que en su anterior singladura, un tripulante comenzó a entonar una melodiosa canción.
-¿Qué habrá –se preguntaba Raymundo- en este enigmático océano, que hace cantar a los marinos y temblar a la gente de tierra adentro como yo?
Pronto, toda su atención quedó presa en aquella oscura profundidad sin horizontes de un mar casi adormecido, acunándose ante él. La Luna, redonda y pálida, proporcionaba un tamiz de tenue claridad a este asombroso panorama y ponía infinitos brillos, saltarines y fugaces, sobre sus olas. 
Mientras, la voz bien templada del tripulante, un vigía mallorquín, se alzaba con suavidad por todo el barco, llenándolo de ensoñación y añoranzas.

Decía así su canto:

Emporta´t, vent, ab tu la meva veu
e digues-li a la amada meva
que yo t´envio
per acaronar lo seu cos
e t´embolicar en lo cabell seu.

Lluna que ara l´estàs veient
escolta la meva cançó e conta-li
que malgrat la mar ens separi
mai oblidar-la no puc.

E a tu obscur mar et prego
que deixis que aviat torni
per ço que amar-la yo pugui.

Oh Cel, quant desitjo,
retornar dabans que mori
per ço que amar-la yo pugui!

Que venía a querer decir:

Lleva, viento, mi voz contigo
y di a mi amada que yo te envío,
para acariciar su cuerpo
y enredarte en sus cabellos.

Luna que ahora la estarás viendo
escucha mi canción y cuéntale,
que aunque la mar nos separe
jamás olvidarle puedo.

Y a ti oscuro mar te ruego,
que dejes que pronto vuelva
para que amarle yo pueda.

¡Oh  Cielos, cuánto deseo,
regresar antes que muera
para que amarle yo pueda!

De mi novela "Almogávares. Lobos hambrientos en Oriente" (Nov. 2010)



2º Las estrellas.

 

 

Era noche cerrada. Me hallaba en uno de esos trances, frecuentes por desgracia, en el que miras al teclado del ordenador y tu dedo queda suspendido sobre él, sin saber cómo terminar la frase empezada. Intentaba encontrar respuestas a esas enigmáticas preguntas que alguna vez han rondado nuestras mentes y que, en ese momento, trataba de incorporar a mi libro 6 horas para pensar.
¿Quién soy? ¿Por qué y cómo he sido creado? ¿Qué he hecho de mi vida? ¿Habrá algo después de ella? ¿Habrá un Dios instalado en ese algo?
Vano empeño. Quise refrescar mi ideas y salí a la terraza. Miré al cielo, contemplé la maravilla de aquella noche estrellada y me dije que tras ellas estaba la escondida clave, capaz de dar respuesta a mis preguntas. Así nació el siguiente soneto.

         
Cada noche las miro y me parecen
ingrávidas candelas aun más bellas.
De reproches las cubro y de querellas
que por mudas y esquivas se merecen.

Débiles y trémulas se estremecen
calladas e inmóviles las estrellas.
¿Qué secreto misterio guardan ellas
que por no desvelarlo me adormecen?

¿Hay saberes, tras vuestra espalda oscura,
con qué guiar mi alma, que ahora anda
entre dudas, temor y desventura?

Oíd, celestes astros, mi demanda
y apartad de mi ser tanta amargura
¡Decidme quién os hizo y quién os manda!

Y la espera se agranda.
En calma velo, mas nunca responden,
y allá, lejanas, su secreto esconden.

De mi relato: "6 Horas para Pensar" (Julio 2006)




3º Una jota en el primer sitio de Zaragoza.



Era el 18 de junio de 1808. Tres días antes se había producido la batalla de las Heras, en las afueras de Zaragoza, durante la cual, los defensores aragoneses habían resistido el primer asalto de las tropas francesas, frenando su propósito de realizar una conquista rápida de la ciudad. Se iniciaban así los dos terribles sitios que habrían de sufrir sus heroicos defensores. En este día, una tensa calma reinaba en la ciudad del Pilar y el Ebro.  

Durante el duro combate, el azar había reunido a dos buenos amigos y camaradas, el teniente Valero y el sargento Pina. Ambos habían servido en el arsenal del castillo de la Aljafería, antes de que estallara la guerra con los franceses. Complacidos por el encuentro, decidieron acudir a una tasca del centro para celebrarlo ante unas generosas jarras de vino de Cariñena. 

Cuando Valero y el sargento Emiliano Pina dejaron el bodegón ya era tarde. Se acercaba la noche y ambos se despidieron con afecto, antes de acudir a sus respectivas posiciones de combate.

Al cruzar por una de aquellas estrechas callejuelas, Valero escuchó cómo una voz, lejana pero recia y bravía, se alzaba en la noche para cantar esta jota:



Cañones de artillería,

bayonetas y fusiles.

Cañones de artillería,

y balas que nos arrojan
la gabacha infantería.
La gabacha infantería,
bayonetas y fusiles.

Y una voz de mujer, todavía más vibrante, le dio réplica.

La Virgen nos acompaña,
de poco les han de valer.
La Virgen nos acompaña,
nuestra Virgen del Pilar:
Virgen de Aragón y España.
Virgen de Aragón y España.
de poco les han de valer.

De mi novela Con Fuego en las entrañas. (Julio de 2012)




4º A mi amor








Me lo preguntó la noche, en sus largas horas de oscura vela.



Me lo anunció el Sol, tan pronto amaneció enrojecido y luminoso.


Me lo cantaron los primeros trinos de las madrugadoras aves.

Me lo susurró insistente el viento, deslizándose entre los árboles
y conversando con ellos.

Me lo insinuaron las flores que, abriendo a un tiempo sus pétalos,
me miraron risueñas.

Me lo indicaron los rutilantes destellos, en las tranquilas olas
de un mar en calma.

Pero también lo vi en el brillo de su mirada y en la dulzura
de su sonrisa fácil.

Lo escuché en la cálida voz
de su palabra amiga.

Lo recibí en el sabor tierno
de sus fugaces labios.

Lo pude oler cuando aspiré el aroma suave
de un profundo suspiro.

Lo sentí entrar en mi corazón
pausadamente.

Y así fue como yo supe, que ella me amaría
eternamente.

De mi novela "En un Mundo Lejano"  (Marzo 2004)
 
 
 
5º Romance de la boda de Juan y Anderquina



Era el 26 de abril del año 1064 cuando Juan murió tras una lenta y dolorosa agonía. Él y su hijo Bertholomeu habían acudido a la fallida conquista de Graus, encuadrados en las huestes del rey Ramiro I de Aragón.
El intento acabó en un fracaso total, donde el mismo rey perdió la vida, al recibir un golpe de venablo que le entró por un ojo y le atravesó el cráneo.
Juan y su hijo regresaron a sus respectivos hogares, Bertholomeu a Troncedo y Juan a la pequeña aldea de Bestué, distante de Troncedo unas ocho leguas. Tuvo la desgracia de que una gran tormenta se desatara durante el camino. La fuerte lluvia, helada por los vientos del norte con los montes aun abundados de nieve, empapó la ropa hasta llegar a los mismos huesos, ocasionándole un maligno enfriamiento.
Nada más de llegar a su casa, tuvo que guardar cama, dolorido, enfebrecido y ganado por temblores, tos y una respiración agitada y ronca.
A pesar de los cuidados de Anderquina, su esposa, no pudo superar la enfermedad y murió a la edad de 66 años, bastantes para aquellos tiempos.
Mientras le velaba, Anderquina recordó toda su vida junto a él. Cómo y dónde le conoció. También el feliz día de su boda. Vino a su mente la trova cantada por un modesto juglar de feria para festejar la boda. Decía así:  

      De mi novela: Infanzones del Sobrarbe  (Agosto de 2007)



                               6º Caminando hacia delante



                                                                     




Escribí este modesto poemilla, tras una larga discusión con un buen amigo nacionalista. Opinaba que el conjunto de historia, tradiciones y costumbres de su pueblo conformaban una cultura específica, que le conferían la cualidad de nación diferenciada. Esa cultura sería la base donde se sustentaría el progreso de su pueblo como nación.

Es ciudadano del Mundo
  quien viaja con poco peso,
          pues no se puede andar mucho
  si vas cargado en exceso.

Para ver tiempos mejores
son demasiado equipaje
raíces y tradiciones.

Lo que pasó ya se ha ido
y el molino no se mueve
con agua que ya ha molido.

Quiero mirar adelante,
saber lo desconocido
que no es cosa valorable
saber lo que está sabido.

 Escrito y dedicado para un amigo nacionalista. (G.B.G. Enero 2005)





7º Un amoroso y tierno poema infantil




 Margaret se reencuentra con un poema que su hijo Joe le dedicó a la edad de nueve años. Lo descubre al revisar sus objetos personales, tras ser asesinado, ya mayor, en New York.
To Mum On Her Birthday

On your happiest day,
The day of your Birth,
A poem to you will be
My best possible gif:

I woke up early today
To meet a shiny light.
It was the rising sun
That came to greet you, mum.

Me too I want to express
How much I love you, mum,
Because you gave me life
And everything I possess.

I promise I´ll always love you, mummy!
This is true as the sky is starry!   Joe Foster.

El pequeño había querido expresar algo parecido a esto:

A mami, en el día de su cumpleaños

En este tu feliz día - día de tu cumpleaños,
quiero escribirte un poema - como mi mejor regalo.
Hoy me levanté temprano - y encontré una luz radiante:  
era el sol que amanecía - y venía a saludarte.
Yo también quiero decirte - ¡Oh mami, cuánto te quiero!

 Porque me diste la vida - y todo lo que yo tengo.
Mami, mami, te prometo - quererte tanto y tan cierto
como estrellado es el cielo.

De mi novela: "El Fantasma de Nadie" (Mayo 2015)




8º Una coplilla mañanera suena en Arbaniés.


Era temprano. Los hombres hacía tiempo que habían abandonado las casas para dedicarse a las rudas tareas del campo, y ya solo voces de mujer se podían escuchar, allí donde yo devoraba mi suculento desayuno diario, a base de huevo frito y un buen vaso de leche de cabra con torta migada en él.
No era extraño escuchar sus canciones al tiempo de hacer las camas, barrer y fregar con esmero las estancias de sus preciadas casas, o “arreglar” a los animales, y echar de comer al gulín y a gallinas, conejos, patos y pichones.
De entre todas ellas, sobresalía la cantarina voz de la hija casadera de la seña Leonor que entonaba con gracia, tres casas más abajo, alguna coplilla como esta o parecida:

Buscar me´n manda  madre
agua ta fuente,
bajo a galope, mozo
que´n quiero verte.

Y en cuantico que´n llegas,
escuchar de tus labios
palabricas tiernas.

Mi madre no me´n deja
ir en ta´o río,
pero yo solo en´quiero
irme contigo.

Pa estar a solas,
con tantas cosicas tuyas
que m´enamoran.

Que m´enamoran, mozo,
que m´enamoran.


De mi libro: "Recuerdos infantiles de un pueblo del Somontano". (Mayo 2005)